Salud mental y resiliencia

No podremos obtener resultados diferentes, si seguimos haciendo lo mismo.

Albert Einstein.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es un derecho humano y parte fundamental para el desarrollo de la persona. Se cataloga como un estado de bienestar integral, en el cual la persona logra hacer frente a los desafíos de la vida, desarrollar sus capacidades y habilidades para tomar decisiones, aprender, trabajar adecuadamente, establecer vínculos relacionales y contribuir a su comunidad.

De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas padecen trastornos de salud mental. Siendo la ansiedad, la depresión y el suicidio las afecciones más frecuentes que afectan en todos los países, grupos poblacionales, edades y estratos socioeconómicos.

Nuestra realidad nacional no dista de los datos antes mencionados. En el año 2022 se realizó la primera Encuesta Nacional de Salud Mental (ENSM) ejecutada por el Ministerio de Salud; con la aclaración de que este tema ha sido una deuda histórica, pues este estudio debió ser realizado en el año 1992 con la firma de los acuerdos de paz.

Pues bien, revisemos qué nos dicen los datos.

La población infantil, en edades comprendidas entre 3 y 12 años, el 19.2% tiene un probable estrés postraumático o tiene angustia moderada; el 57.8% tiene algún grado de hiperactividad.

En la población adolescente, el trastorno de ansiedad por separación, trastornos del pánico y la ansiedad generalizada fueron los principales trastornos encontrados. Cuatro de cada 10 adolescentes tienen síntomas de trastorno de depresión mayor. Tres de cada cien adolescentes tienen ideación, planeación y autolesión suicida.

La población adulta, en edades comprendidas entre 18 y 59 años, el 20% presenta trastornos de ansiedad; el 22% presenta algún grado de depresión y el 2.2% tiene un riesgo moderado-alto de ideación suicida.

Estos datos evidencian que, como sociedad, tenemos un largo camino que recorrer para construir una cultura del cuidado de la salud mental que, sea una prioridad como derecho fundamental; por lo tanto, sigue siendo un desafío pendiente.

Al leer estas líneas, nos puede parecer un panorama desolador; sin embargo, recordamos que la salud mental no es solo un asunto individual, sino una responsabilidad colectiva. Es así que, como comunidad educativa, tenemos una gran oportunidad: promover espacios de convivencia fraternal, enfatizando el cuidado del otro y brindar una mirada esperanzadora hacia el futuro.

En este sentido, Boris, Cyrulnik (2011), llamado “el psiquiatra de la esperanza” sostiene que la capacidad de dar y recibir; cooperar y compartir; saber tejer vida mediante sólidas y significativas relaciones, es el principal factor que promueve la Resiliencia, la cual se convierte en un pilar esencial para fortalecer la salud mental.

Ahora bien, ¿qué entendemos por Resiliencia? Es la capacidad del ser humano de hacer frente a las adversidades de la vida, sobreponerse a ellas y en ese proceso saber reconstruirse. Sabemos que, en mayor o menor medida, todas las personas han enfrentado adversidades; es parte de la vida. Es de hacer notar que cada uno las vive, enfrenta y gestiona de diferente manera. Lo anterior, no debe tener una connotación de negar las experiencias difíciles, heridas o pérdidas que se han tenido, sino, más bien, darle significado a ese dolor; verlo como una oportunidad para aprender y adoptar una visión más esperanzadora de sí mismo y del mundo.

Llevar a la práctica la resiliencia como comunidad educativa es cambiar de “mirada”. Ver en el mundo y las personas las cosas positivas. Vincularse con personas que proporcionen palabras esperanzadoras, a pesar de las dificultades. Generar expectativas positivas de un futuro que podemos transformar. Fomentar juntos la empatía, la gratitud, crear espacios de escucha activa, propiciar relaciones basadas en el respeto, crear vínculos sanos y redes de apoyo.

Para finalizar, reitero lo siguiente: cambiemos de “mirada”, en un mundo adverso. Rescatemos la belleza que aún permanece en él. Recordemos que cada gesto, palabra y acción dentro de nuestra comunidad educativa puede marcar la diferencia y comprometernos a favorecer un ambiente más humano y compasivo.

Todos y todas somos corresponsables de cuidar la salud mental.

10 de octubre. Día internacional de la Salud Mental.

Por Alicia Cerón

Coordinadora del Departamento de Orientación