El Maestro en la Sociedad Actual: Gestor de Humanismo y Solidaridad
Nuestro coordinador del Departamento de Matemática nos habla en esta reflexión educativa sobre el rol que cumple actualmente un educador, así como del trabajo en conjunto que realiza con los padres y madres de familia para formar hombres y mujeres para los demás.

En la actualidad en la que los cambios son cada vez más acelerados y complejos, el papel del maestro toma una importancia relevante, y para comprender las diferentes maneras en las que los docentes se ven empujados a diversificarse a fin de contribuir a lograr personas técnicamente formadas, solidarias, sensibles a las necesidades de los demás y con deseos de servir a la sociedad, no basta con enfocarse en la instrucción académica, sino que además debe impregnar su práctica diaria en el desarrollo de la calidad humana y solidaria de estos. Por eso, la mención de algunos aspectos que influyen directamente en el aula todos los días: el nivel de atención en las clases, los recursos con los que se cuenta para llevar a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje, el nivel de expectativas del trabajo escolar y algunas de las características que tiene la educación que brindamos en el colegio.
La dificultad de la distracción en las aulas de clase no es un problema nuevo, siempre ha existido, pero actualmente debe competirse contra pantallas que implican un océano de información, no siempre correcta o adecuada para niños y jóvenes. Por lo tanto, el maestro debe trabajar creando ambientes de aprendizaje novedosos que ayuden a fomentar una curiosidad genuina que conduzca a pensar críticamente y que ayuden a enfocarse a pesar de todo el ruido que acompaña el trabajo diario.
Un maestro es un ingeniero, porque debe convertirse en un creador de soluciones para maximizar los recursos con los que cuenta, y adaptarlos a su propia realidad y la de sus estudiantes. La expresión: “es que no me alcanza el tiempo” es tan común en la maratón diaria de todos los maestros, que tienen que completar tantas tareas entre: planificaciones, sesiones de trabajo con los niños, niñas y jóvenes, evaluaciones, atención individualiza, reuniones y procesos de formación continua; que deben optimizar cada minuto de su día para concretar experiencias educativas que constituyan el andamiaje adecuado para el proceso educativo en el colegio, esto significa muchas veces sacrificar espacios y tiempo personal y familiar.
Otro aspecto que cada vez es más intenso es el nivel de expectativas de las familias, ya que depositan tantas esperanzas en el docente, esperando no solo el avance en la formación académica de sus hijos sino también la formación en valores y equilibrio emocional. En este orden de ideas el docente debe ser un mediador muy hábil, ya que, aunque es cierto que debe atender los aspectos mencionados, también es cierto que las familias tienen un rol de mucha importancia y no pueden renunciar, ignorar o desconocer que la familia es la principal formadora de valores en los niños, niñas y jóvenes y que el colegio con sus docentes está para colaborar con ella. Lo importante es identificar qué corresponde hacer a cada uno para que exista una colaboración realmente efectiva.
El docente en el colegio ha comprendido que el desarrollo de un currículo es importante, pero no lo más importante. Ha comprendido que desarrollar en sus estudiantes la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones, alcanzar un pensamiento reflexivo, lógico y crítico, siempre buscando ser innovadores creando soluciones de acuerdo con las nuevas realidades, ser empáticos y sobre todo compasivos con los demás, lograr reconocer que el trabajo colaborativo es un camino que debe recorrerse para formarse como hombres y mujeres para los demás, el desarrollo de estas capacidades sí es lo más importante del trabajo docente en el colegio, como guías, maestros acompañantes, o facilitadores de la educación de nuestros estudiantes. Es decir, el maestro en el Externado de San José ha comprendido que la educación en la Compañía de Jesús ayuda a la formación total de la persona dentro de la comunidad humana, brindando una “Educación Integral”.
Partiendo de las ideas desarrolladas y reflexionando sobre el papel que juega el docente, se puede experimentar una sensación de mucha responsabilidad, debido a la influencia que puede tener, a partir de su labor en el aula, sobre tantas vidas. Un docente con auténtica vocación debe estar claro que su vida debe ser un modelaje para sus grupos de clase y asumir como un privilegio el compromiso de ser inspiración para otros, ya que en sus manos está la formación de personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas.
Felicidades, Maestros.
Jorge Alberto Monzón Cortez
Coordinador del Departamento de Matemática