Atrévete a saltar

Mark Zuckerberg lo entendió cuando decidió dar el salto y crear una red social que hoy conecta a millones de personas. ¿Y tú? ¿Qué estás esperando? ¿Te animas a dar el salto?

«El mayor riesgo es no correr ningún riesgo… En un mundo que cambia muy rápidamente, la única estrategia que garantiza fallar es no correr riesgos.» El autor de esta frase fue alguna vez un estudiante en Phillips Exeter Academy que tenía la programación como su pasatiempo, gracias a sus impresionantes habilidades en este campo pudo ingresar a Harvard.  Dos años después, él y sus compañeros de cuarto decidieron crear una web en la que podías hacer tu perfil personal, subir fotos y comunicarte con otras personas a nivel global; lo que lo catapultó al éxito. Así es, hablo de Mark Zuckerberg, creador de Facebook, Meta y dueño de las redes sociales más conocidas del mercado. Pero nada de eso hubiera sido posible si él no hubiera dado el salto.

Claro que no a todos nos gustan los cambios, estamos acostumbrados a vivir de cierta manera, a convivir con las personas de siempre y a tener nuestras propias rutinas y costumbres. Es nuestra zona de confort, el espacio seguro en el que sabemos que nada malo nos pasará.

Pero hay más en la vida que las actividades que hacemos siempre, lugares que aún nos falta visitar, personas que todavía no son parte de nuestra vida y todo un mundo fuera del espacio seguro en el que estás ahora. Y sé, con seguridad, que tú también estás consciente de lo que estoy diciendo.

Ese pasatiempo que siempre has querido probar, la carrera, trabajo o negocio con el que tanto has soñado, el sitio del que tanto has oído hablar y esa persona a la que quisieras conocer mejor. Nuestro corazón es grande y siempre desea aquello que lo hace vibrar, latir y resplandecer.

Con todo ese deseo también vienen las voces. “Sé más realista”, “No estás hecho para eso”, “¿Estás loco? Nunca vas a lograrlo”, “¿Aún sigues con esa tontería? No puedo creerlo», «¡Por Dios! Que ridiculez”, “¡Ni siquiera sabes si vas a lograrlo!”. A veces también puedes escuchar tu propia voz en ese coro cruel.

¿Y sabes qué? Da miedo, da muchísimo miedo, yo estoy aterrada en este momento… me tomo las manos porque no dejan de temblar, tengo que detenerme de vez en cuando para que mi voz no se entrecorte y prefiero ver a la distancia para evitar encontrarme todos los ojos que están sobre mí en este momento.

Y, aun así, estoy aquí, enfrentando todos esos miedos y voces, porque adoro escribir, crear y mi manera de ser. Porque esto es lo que amo, para lo que tanto me he esforzado, mi motivación y parte de mi esencia; no voy a dejar que se marchite o desaparezca sólo porque tuve miedo de dar el salto.

Si sale bien podré sonreír al salir de aquí y decir “¡Lo logré!”; y si sale mal está bien, habrá otras oportunidades, y siempre puedo aprender de esta. Pero prefiero averiguarlo en vez de quedarme con el nudo en la garganta que provocan los “hubiera”; porque el tiempo no espera a nadie, y nosotros tampoco debemos esperar a que nos den una señal para empezar a vivir nuestra vida.

Por: Carolina Belén Flores Linares

Estudiante de 2°año de bachillerato